Datos sobre la muerte de la M. Josefina

(traducció al català i a l'anglès en preparació)
 (Del libro, Memorias, una aventura de fe y de amor. Vida de la M. Josefina Sauleda Paulís, O.P., mártir por la causa de la fe y la caridad. 1936, Barcelona. Escrito por Sor Catalina Febrer Grimalt, O.P.)*


(Ver algunas página más del libro donde se habla de E.B.H.)

¿Qué pasó a partir de las ocho y media de la tarde del día 31 de agosto de 1936 hasta encontrar su cadáver al amanecer del día 1 de setiembre?

De momento era un enigma que todos deseábamos descubrir, mas, era inútil pretenderlo e imposible lograrlo por ningún medio. Todo quedó encubierto en la oscuridad y silencio de aquella triste noche. Nadie había presenciado su cruento martirio fuera de los ejecutores del asesinato.

El aspecto del cadáver de la Madre visiblemente manifestaba que había sido objeto de una cruel tortura. La mandíbula superior se hallaba fuera de lugar y todo el rostro desgarrado, como ya dije anteriormente. Aquel estado no era producido por el traspaso de una bala. Habíanse usado otros instrumentos de tortura; a la vista estaba la contundente realidad; y, ¿quién da ría razón de aquel acto tan ocultamente perpetrado?

Lo que voy a contar lleva el sello de una irrefutable autenticidad por lo que no se puede dudar de la verdad del relato. Además, no es el único caso, sino, uno entre muchos, en que los mismos criminales hicieron pública confesión de sus delitos pidiendo perdón a las víctimas y a sus familiares e imploraron la misericordia de Dios.

Nada hay imposible para Dios. El mover los corazones, el cambio de ideas, el arrepentimiento, la humilde confesión de los pecados, todo es obra de su gracia y propio de su misericordia infinita y su inmenso amor a los hombres.

Terminada la Revolución marxista en 1939, circulaban unas revistas, tanto en Francia como después en España, donde tuvimos la ocasión de leer un artículo sobre los mártires de la Revolución española recién terminada. Y nos llamó la atención la declaración que hacía uno que se confesaba culpable de muchos asesinatos y entre varios figuraba el de la Madre Josefina Sauleda. Esta lectura nos impresionó y despertó entre nosotras un gran interés por lo que nos afectaba. Sor Isabel, nuestra bibliotecaria, se apresuró a tomar nota guardando estos apuntes que luego depositó en el archivo de Montesión; gracias a ello podemos dar a conocer esta declaración que nos pone en conocimiento de lo sucedido en las últimas horas hasta el momento de expirar la mártir.

Leed este impresionante relato que la autora del artículo nos transmite y que la cronista copió cuidadosamente.

“Notas sacadas del momento de la detención en Barcelona de E.B.H. Abogado y Diputado a Cortes, ajusticiado un viernes en los primeros días de febrero de 1939.”

Dejó varias cartas escritas... “El se acuerda de algunas de sus víctimas y dice: que es más fácil cometer el crimen que olvidarlo. Entre otras recuerda a los dominicos Florentino Fernández, José García Díez y Cándido Fernández profesores del Angélico de Roma; muertos a los dos días de su llegada a esta patria donde la obediencia les envió.1 El ve esas ropas blanquísimas llenas de polvo de salivazos y sangre. El aún escucha la voz de los mártires salmodiando la Salve porque no tienen fuerza para cantarla.

El sabe que serán buscados en vano tantos y tantos religiosos desaparecidos que nadie conoció su suerte y fueron las víctimas de su celo asesino.

El no podrá hacer desaparecer de su recuerdo y remordimiento haga lo que haga, la noche durante la que fue lenta y cruelmente torturada la Rda. Madre Josefina Sauleda (priora) del Monasterio de Montesión de Barcelona... El se representa a la Madre y oye sus dolorosos gemidos y al rayar el alba cuando estaba a punto de expirar su plegaria por la Patria y por los que la martirizaban...

Un viernes a la mañana clara y fría del mes de febrero de 1939 los guardias fueron en busca del condenado. El tiembla... él que hizo temblar a toda una población... él llora… quien hizo llorar a tantas madres y esposas...

Antes de salir de la celda donde recibió por la plegaria de sus víctimas la misericordiosa absolución de mano de un sacerdote que perdona en nombre de sus hermanos en la fe y de su Dios: E. B. enseña las cartas que ha escrito.

En estas hojas blancas manchadas de tinta emborronadas por las lágrimas, él pide perdón a las familias de sus víctimas. El pide perdón a Dios; y dice: Si yo hubiera nacido unos años más tarde no me hubiera dejado llevar por estos sangrientos sofismas.

El muere cristianamente. (Firmado) Marie Ange”.

Lástima que no tengamos estas cartas. Lo que nos ha llegado no son más que fragmentos de ellas, lo suficiente para cumplir la voluntad del ajusticiado que implora el perdón a todos los perjudicados por sus crímenes.

No cabe duda que esta confesión es auténtica. Semejantes declaraciones no se inventan y menos pregonan sin expresa voluntad del convertido; y menos aún el nombre.

Dios permitió que por este medio llegáramos a conocer una verdad que estaba oculta y deseábamos saber.

La M. Josefina, según esta declaración, fue cruelmente martirizada; expiraba al rayar el alba; durante su prolongada agonía rogaba por España y por sus asesinos, principalmente por el jefe de ellos, el más cruel, que cebaba su odio exteriorizando su maldad desfigurando aquel rostro que se le iba grabando en su retina e imaginación por lo que procuraba hacer desaparecer.

El desgraciado (Nota del Padre  Joan Manuel Serra: "desgraciado" en sentido teológico, "falto de la Gracia", falto de la Fe y del Amor a Dios, no en sentido peyorativo ni mucho menos. Al final del capítulo se le alaba como un "hijo de Dios", reconciliado con el Padre Celestial. Y en todo el libro de habla del Amor al enemigo como un deber Cristiano fundamentado en el ejemplo de Cristo que no odió NUNCA a nadie.) no comprendía que a través del rostro y de la mirada angustiosa de aquella mujer, misteriosamente, se le imprimía el rostro de Cristo, su mirada llena de amor, reprensión y perdón. “Quién os persigue a vosotros, me persigue a mí”.

La configuración con Jesucristo conlleva esta proyección de perdón, de luz, de amor hacia los hombres de las almas identificadas con El.

No podemos dar razón del proceso interior de conversión de esta alma. Pero el mismo culpable dice que es más fácil cometer el crimen que olvidarlo.

Este continuado recuerdo, engendraba el remordimiento en su conciencia que él procuraba ahogar cometiendo nuevos crímenes. A pesar de todo “no podrá hacer desaparecer de su recuerdo haga lo que haga, aquella noche... y aquella mujer... (la M. Josefina) que mientras martirizaba rogaba intensamente por él y sus compañeros.

Y la gracia caía del cielo en el interior de su alma empedernida haciéndola pasar de las tinieblas a la luz.

Pasaron años, pero al fin, llegó el triunfo de la gracia y tras una humilde confesión y sincero arrepentimiento, de un plumazo quedó borrado todo un pasado fanático, anárquico y revolucionario colmado de crímenes, robos, blasfemias y sacrilegios.

Este hecho es digno de que quede escrito en memoria suya. Es un hijo de Dios que ha vuelto a la casa del Padre y no dudamos de que está gozando en el cielo de su gloria.

Una vez más donde abundó el pecado sobreabundó la gracia y la misericordia de Dios.

Se salvó esta alma como se salvarían muchas de aquella hornada infernal roja.

La sangre de los mártires es fecunda. Aquellos hermanos nuestros sin fe no sabían lo que hacían.

Nuestra M. Josefina obtuvo el perdón de su verdugo. Tenía que abrir el cielo a un pecador como fruto de su sangre unida a la de Cristo Jesús que pendiente de la Cruz dijo al ladrón arrepentido: hoy estarás conmigo en el Paraíso.

Ahora podemos dar datos concretos y decir con certeza que el jefe de la patrulla que tuvo detenida a la M. Josefina durante todo el día 31 de agosto es el mismo que la torturó y mató en aquella misma noche.

El mismo también que capitaneaba la patrulla de milicianos al siguiente día 2 de setiembre al presentarse en la calle Albigesos para hacer un registro en el que nos estuvo amenazando de muerte durante seis horas.2

Estas declaraciones coinciden con todos los demás datos que hemos conseguido obtener sobre él.

Ante mí tengo un diccionario con su fotografía al que reconozco ser el mismo que vino a practicar el registro y que al nombrarle la M. Josefina quedó pensativo, y dijo al compañero de al lado “no saben nada”.

Las notas biográficas son las siguientes:

B. H. E. (Torrecilla en Cameros, Logroño - Barcelona, 1880 - 1939) Político y escritor español. Licenciado en Derecho. Fundador de la Juventud Republicana Federal’; orador sindicalista muy popular. En 1926 participó en la conspiración contra el general Primo de Rivera y en 1931 Diputado en las Cortes Constituyentes. Durante la Guerra Civil de 1936-1939 dirigió en Barcelona un Tribunal Revolucionario. Ajusticiado en febrero de 1939”. (E.E.s.)

Terminada esta biografía nos prosternamos ante Dios infinitamente Poderoso para darle gracias, a El que es rico en misericordia en orden a la salvación de las almas. Y no encontramos palabras más apropiadas para expresarle nuestro acatamiento, amor y asombro que aquellas que dirige san Pablo a los Romanos II, 33 - 35.

¡Oh, abismo de la riqueza, de la sabiduría y de la ciencia de Dios!

¡Cuán insondables son sus designios e inescrutables sus caminos!

…Porque de El, por El y para El son todas las cosas.

¡A El la gloria por los siglos!

Amén.

 

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Notas:

1. Los dos últimos eran Profesores de Colegio Angelicum de Roma llegados dos días antes, de paso hacia su tierra natal. Se habían hospedado en la Residencia de la calle Zaragoza que pertenecía a la Provincia de Filipinas.

Fueron asesinados el 27 de julio de 1936 con otros dos compañeros; el Padre Florentino y Fr. Escavias.

Los Padres que vivían en la Residencia venían todos los días a celebrar la misa en la Iglesia de Montesión. Los conocíamos mucho. Eran muy fervorosos. Alcanzaron la palma del martirio no entre infieles en el Oriente, sino entre sus hermanos de raza y nación.

2. (Resumen de otro capítulo del mismo libro)  La autora de la Biografía, Sor Catalina Febrer Grimalt, fue novicia cuando Sor Josefina era la maestra de novicias en el monasterio. Ella explica que la misma persona que confesó ser el autor de la tortura y asesinato de la M. Josefina, encontró finalmente el piso donde se escondían las monjas dominicas del convento de Montsesión. Dice que seguramente fue por el chivatazo de alguien que intervino en el traslado allí desde la Rambla Cataluña. Explica como les estuvo amenazando durante 6 horas con matarlas pero que al final se compadeció de ellas y les perdonó la vida. Ella atribuya esto a la intercesión de su Madre Josefina Sauleda.

* Podeu trobar el llibre a:

Llibreria Claret (Barcelona).

P.P. Dominics, C. Bailen, 10. 08010 Barcelona

Dominiques, C. Església 82, Esplugues de Llobregat (Barcelona)

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Algunas págines del libro:

Portada: I, II , III (retrato de Sor Sauleda adulta), IV (joven)

Index: I, II

Cronología: I, II

Introducción: I, II

Retratos familiares y otros: I, II, III, IV

Relato del martirio de la M. Josefina (habla de E.B.H.): 295, 296-297, 298-299, 300-301, 303, 304-305, 306-307

Un registor histórico (habla de E.B.H.): 309, 310-311, 312-313, 314-315

Días de angustia (habla de E.B.H.): 317, 318-319, 320

Datos sobre la muerte de M. Josefina (habla de E.B.H.): 321, 322-323*, 324-325

 

* En la página 323 la biógrafa utiliza el término "desgraciado" en sentido teológico, "falto de la Gracia", falto de la Fe y del Amor a Dios, no en sentido peyorativo ni mucho menos. Al final del capítulo se le alaba como un "hijo de Dios", reconciliado con el Padre Celestial. Y en todo el libro de habla del Amor al enemigo como un deber Cristiano fundamentado en el ejemplo de Cristo que no odió NUNCA a nadie.

 


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